Caqui

Caqui

El caqui (o árbol del caqui) Diospyros kaki es un árbol de la familia de las Ebenáceas, originario de China y cultivado en países cálidos por sus frutos.

Con el paso de los siglos se ha consolidado en España, donde a escala local ha dado lugar a la variedad “Rojo brillante». Su pulpa es jugosa,

ligeramente fibrosa y dulce cuando está madura.

Sin embargo, su distribución no se disparó hasta la llegada del kaki Persimmon, muy apreciado entre los consumidores.

Para la recolección se utilizan diferentes indicadores.

Indicadores de madurez

  • Cambio en el color de la piel, que depende de la variedad
  • Cambio de naranja a rojo para Hachiya
  • Cambio de verde a amarillo para Fuyu
  • Indicadores de calidad
  • Aspecto: color, tamaño, ausencia de defectos y lesiones
  • Firmeza
  • Contenido de sólidos solubles
  • Sabor: ausencia de astringencia

Antes de madurar, el caqui tiene un sabor amargo y astringente debido a la presencia de taninos. Un tratamiento de 24 horas bajo una atmósfera controlada de CO2 elimina la astringencia de los caquis sin pérdida de firmeza.

La atmósfera controlada retrasa la maduración y preserva la firmeza de la pulpa, especialmente al mantener bajos niveles de CO2.

Los caquis pueden conservarse en CA durante más de 5 meses en condiciones óptimas de almacenamiento.

Condiciones de almacenamiento:

  • Temperatura óptima de almacenamiento: de 0°C a 1°C.
  • Humedad relativa: 90 a 95%.

Los caquis son muy sensibles a la acción del etileno. La exposición a más de 1 ppm provoca una pérdida de firmeza. Por lo tanto, la eliminación del etileno es la mejor solución para el almacenamiento a largo plazo.

Trastornos fisiológicos del caqui:

La exposición a niveles muy bajos de O2 durante largos periodos de almacenamiento puede impedir la maduración del caqui y provocar una pérdida de sabor.

Por otro lado, la exposición a niveles muy altos de CO2 durante largos periodos de almacenamiento puede provocar cambios en el color y el aroma de la fruta.

Daños por temperatura

El «fuyu» y otras variedades son sensibles a temperaturas entre 5 y 15 °C. La exposición al etileno puede agravar los efectos negativos de la sensibilidad a las bajas temperaturas.

  • Conservación en atmósfera controlada, especialmente en CO2, para eliminar la astringencia sin pérdida de firmeza
  • Eliminar o mantener un nivel muy bajo de etileno para mantener la firmeza y aumentar la vida útil

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